martes, 27 de diciembre de 2011

María

No se si existe o no existe, me pregunto noche tras noche, lo único que sé es que me enseñaron a creer, y por ello no me preocupo. Me preocupa, porque no dejo de pensar en qué hay más allá de la muerte.

No se si le gusto o no, pienso noche tras noche, lo único que sé es nos llevamos bien, y puede que exista algo entre los dos. Me preocupo por ello, me pregunto qué sería mi vida sin él.

No se si estará bien hecho o no, reflexiono, lo que sé es que lo he intentado y he dado lo máximo y mejor de mi. Me preocupa, no puedo avanzar, no puedo tener la cabeza despejada pues paso las noches corrigiéndome a todas horas.

Un mar de dudas existe en mi vida, ¿puedo elegir en qué creer? No lo sé, pero puedo decidir si ver el vaso medio lleno o medio vacío, puedo apoyarme en mis seres queridos para salir adelante, puedo ser positiva o puedo ser negativa. Y mil veces me digo: La vida son dos días, disfrútala. 

No tengamos más preocupaciones de las que tenemos, que la vida es muy complicada ya como para que la compliquemos nosotros mismos. 

Son las 3:14 de la mañana, y he decidido que me voy a dormir, si sigo preocupándome no me dormiré ni viviré tranquila. 

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