Inauguro esta nueva sección con la historia de una señora que conocí a través de la televisión. Desgraciadamente no recuerdo su nombre, y al buscarla por internet para conocer más profundamente su historia me llevé una decepción. No hay manera de encontrar la reseña. Merece la pena dedicarla este post, porque no abundan ahora personas como ella, pero tengo la esperanza de que en un futuro sí.
Nació en Santander hace 105 años, sí, su edad lo recuerdo perfectamente. Vive sola, aparenta, sin exagerar, 30 años menos y sus problemas de salud se resumen al control del consumo de azúcar. Atrapó mi atención su propósito de ser solidaria. Quería ayudar a personas mayores, seguir siendo útil en la vida. Contaba la noticia su “trabajo diario”: ser voluntaria en varias residencias de mayores. Ella va para darles cariño, animarles, ayudarles a moverse, comer, jugar, contarles historias,… En definitiva pasar el día junto a ellos.
Es todo un orgullo ver una mujer así, voluntaria a tan avanzada edad. Me considero solidaria y voluntaria, para mí ayudar es un factor importante para el desarrollo de la sociedad. Lo increíble y lo que me llena de ilusión, es que no importa la edad que tengas. Ojalá llegara a su edad con ese estado de salud, y pudiendo seguir ayudando.
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