Laura no piensa en otra persona, desea su cuerpo, desea ser su amante, no le importa a quién tenga que enfrentarse. Aunque sus padres o sus futuros suegros no lo entiendan, luchará hasta el final, porque es lo que siente y desea: ser feliz a su lado.
Para Laura no existen barreras, aunque su religión no se lo permita. Día tras día se reúnen en un bar distinto de su ciudad para planear su escapada, es el mejor momento del día, ya que es su realidad, su verdadera identidad.
Lo que Laura no sabe, es que ella y Lorena van a tener que sufrir mucho por su amor, escapar de su tierra y buscar esa libertad de enamorarse de quién lo sientan. Sin presiones, sin obligaciones, sin morir y con elección del corazón.